
Es probable que nunca te hayas preguntado si lo que soñaste la noche anterior tiene algo que ver con lo que estás viviendo en tu día a día. Pues déjame decirte que ¡son importantes! ¡cambian tu vida! Y te voy a decir por qué.
En muchos casos, los sueños son distorsionados, o son premonitorios (o sea, muestran un hecho que está por venir), o simplemente te muestran fragmentos mezclados de lo que viviste durante ese día o semana. Hay que aclarar que no todo lo que se sueña es verdadero, pues es producto del subconsciente, por lo que no hay que sugestionarse.
Hay que recordar que soñar es abrir una puerta de la
mente. Todas las esperanzas, ambiciones, deseos, miedos, fantasmas, amigos,
tiempos buenos y malos residen allí, son parte de la mente primitiva y
constituyen una vía de acceso a realidades que están más allá del alcance de la
lógica, han sido objeto de estudio a través de los siglos y forman una parte
importante del psicoanálisis moderno.
Una tercera parte de nuestra
existencia transcurre mientras dormimos. Una persona que viva por ejemplo
noventa años, ha estado treinta de ellos durmiendo. Es mucho tiempo pues, como
para no prestar atención a lo que sucede mientras dormimos y mientras soñamos.
Que dormir es necesario todos lo
sabemos. A quién no le ha ocurrido, que después de una noche de insomnio, se ha
levantado al día siguiente completamente extenuado física y anímicamente.
En primer lugar lo físico influye
enormemente en lo onírico, de tal modo que nuestro estado de salud ejercerá una
gran importancia sobre lo que soñemos. Por tanto, vigilemos todo cuanto comamos
o bebamos antes de ir a dormir. Así, si hemos cenado copiosamente posiblemente
esa noche tengamos sueños agitados o simplemente si sentimos frio en el sueño,
quizás se deba a que nos hemos destapado descuidadamente mientras dormimos.
Las cosas vividas durante el día
también se manifiestan mientras se duerme. Son los llamados "sueños de
proyección mecánica", en los cuales el subconsciente exterioriza las
tensiones, emociones y cosas en general, que más nos han impresionado el día
anterior. De este modo, si ese día hemos visto en la televisión algún
accidente, tal vez soñemos que a nosotros nos ocurre igual.
De significado más complejo son
los sueños simbólicos, en los cuales nuestro sabio subconsciente nos ofrecería
mensajes en forma de símbolos, sobre problemas y preocupaciones personales y
sobre las que quiere advertirnos o aconsejarnos. Es curioso que muchas veces,
al despertar por las mañanas, encontramos solución a problemas cotidianos de
nuestra vida. Es lo que se denomina popularmente "consultar con la
almohada". Personalmente siempre aconsejo que cuando algo nos preocupe o
estemos indecisos ante cualquier circunstancia, nos relajemos antes de dormir y
pidamos según la fe de cada cual encontrar una solución a la mañana siguiente.
A veces funciona.
Son sueños difíciles de
interpretar por su contenido simbólico y que habría que descifrarlos de forma
individual, aunque la tradición nos habla de un lenguaje oculto de los sueños y
de un significado arquetípico. Por ejemplo, soñar con agua puede reflejar el
estado anímico de la persona. Si el agua es clara se le suele dar un
significado de paz interior, si el agua está turbia o agitada, algo interno nos
inquieta y angustia. También durante el estado onírico nuestra mente puede
exteriorizar cosas que reprimimos o están bloqueadas en nuestro subconsciente
pugnando por salir. Durante el día nuestra mente racional no deja que así
suceda, porque censura contenidos que entiende que no son buenos bien por la
educación recibida o por convencionalismos sociales. Pero por las noches, con
las defensas de la censura bajadas, estos contenidos inconscientes afloran y
salen a la luz. Un ejemplo de ellos serían los de índole sexual.
Y que decir de los sueños
premonitorios, de los cuales la historia está repleta de ejemplos. Algunos tan
famosos como el de Calpurnia, la mujer de Julio César que soñó como éste era
asesinado en las escalinatas del senado romano, lo que efectivamente así
sucedió. O el de Abraham Lincoln, que también fue advertido en sueños que
moriría de un disparo en un atentado.
Finalmente nos encontramos ante
los sueños más complejos, aquellos que hacen referencia a supuestos viajes
astrales. Casi todas las corrientes filosóficas ocultistas afirman que nuestro
espíritu viaja mientras dormimos a esa otra dimensión tan cercana y a la vez
tan desconocida que es el mundo astral. Nuestra alma quedaría unida al cuerpo
físico por el llamado "cordón de plata" representado por una especie
de duplicado del cordón umbilical, pero compuesto de materia energética y que
solo se rompería definitivamente en el momento de nuestra muerte. Durante estos
viajes astrales nocturnos, tendríamos la posibilidad de comunicarnos con
nuestros amigos y familiares ya fallecidos. También recibir información de
nuestros "guías espirituales" para darnos consejos sobre cuestiones
referentes a nuestra evolución. Estos sueños se viven con especial intensidad.
Quien no ha percibido algunos tipos de sueños como auténticas vivencias,
incluso a veces más reales que la vida misma. Y sucede, que muchas veces al
despertar nos sentimos como si realmente perteneciéramos a esa otra dimensión
de lo soñado. Tenemos la curiosa sensación de ser extraños en el mundo en el
que hemos despertado; como si por unos instantes nos hubiéramos convertido en
extranjeros de esta vida.



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